E.E.M. Nº 13
CULTURAS Y ESTÉTICAS CONTEMPORÁNEAS – 3º A
PROF. MARÍA FERNANDA CÓRDOBA
TRABAJO PRÁCTICO Nº 8: ESTÉTICA
(Grupal: máximo tres integrantes)
La Estética
El término estética (del griego aisthesis: “sensibilidad”) fue introducido por el filósofo alemán Alexander Baumgarten (1714 -1762) para nombrar las investigaciones que se realizaban en torno al conocimiento del mundo sensible. En un sentido un poco más actual, el término estética designa “toda reflexión filosófica sobre el arte”; de esta manera, el objeto y el método de la estética dependen del modo como se define el arte.
En el siglo XVIII, se realizaron los primeros estudios sistemáticos que intentaron proponer normas y reglas para construir un método de análisis de la sensibilidad. La estética, entonces, surgió de los diálogos y de los debates que mantuvieron los intelectuales durante ese siglo. Gracias a ese proceso, hoy es posible acceder a críticas que, por ejemplo, aparecen en los periódicos y en las revistas, a tratados de estética, a ensayos, a historias del arte y a otros escritos que basan su trabajo en la disciplina estética.
El corpus platónico
El filósofo griego Platón (428 – 347 a.C.) abordó los problemas estéticos y reflexionó sobre las bellas artes: las artes visuales (la pintura, la escultura, la arquitectura), las artes literarias (la épica, la lírica, la poesía dramática) y las artes con intervención musical (la danza y el teatro). Sin embargo, Platón no asignó un nombre especial a estas disciplinas sino que, según él, ellas entraban en un concepto más genérico: la destreza. Esta abarcaba cualquier clase de habilidad manual o de otro tipo como, por ejemplo, la capacidad de trabajar la madera o la de entonar un canto festivo.
Las ideas de Platón sobre la estética se encuentran, principalmente, en dos de sus obras: Banquete y República. Este filósofo introdujo, en relación con la estética, la idea de la belleza. Para Platón, lo bello se consigue mediante el conocimiento filosófico, ya que el ideal de belleza no existe en el mundo real. Por eso, en su texto Banquete, sostiene que el hombre que busca lo bello debe tener el conocimiento de la idea de lo bello, y eso lo va a ayudar a determinar con verdad cuándo una cosa es bella y cuándo no lo es.
La postura aristotélica
El filósofo griego Aristóteles (384-322 a.C.), discípulo de Platón, planteó una teoría estética a partir de su análisis descriptivo sobre las formas literarias presentes en la Grecia clásica durante el siglo V a.C., de gran florecimiento para las artes y para las ciencias. Su obra llamada Poética presenta sus estudios en los que describe y caracteriza manifestaciones artísticas, como la comedia, la epopeya y la tragedia. A partir de sus reflexiones, Aristóteles sostiene, a diferencia de Platón, que no existe posibilidad de determinar una idea de lo bello.
La estética de Kant
El filósofo alemán Emmanuel Kant (1724-1804) es considerado el pensador más influyente de la era moderna. Sus obras más importantes son: Crítica de la razón pura (1781), Crítica de la razón práctica (1788) y Crítica del juicio (1790), en las que plantea sus concepciones sobre la estética.
Kant no consideró la estética en el sentido de la belleza o como filosofía del arte, sino que le dio un significado relacionado con la sensación y la percepción. Para él, la estética es el estudio de todos los principios de la sensibilidad a priori. La sensibilidad es la capacidad de recibir representaciones mediante el modo en que los objetos afectan a las personas. El conocimiento a priori, por su parte, es aquel que es independiente de la experiencia y de la percepción, y se opone al conocimiento empírico, que depende de la percepción. Por ejemplo, sobre la base del conocimiento empírico, puede decirse “la casa es negra”; pero si el conocimiento es a priori, sólo pueden enunciarse afirmaciones como “dos más dos son cuatro”.
Kant consideraba los objetos del mundo material como incognoscibles en esencia; desde el punto de vista de la razón, sirven tan sólo como materia pura a partir de la cual se nutren las sensaciones. Los objetos, en sí mismos, no tienen existencia; y el espacio y el tiempo pertenecen a la realidad sólo como parte de la mente, como intuiciones –modos por medio de los cuales el conocimiento se refiere inmediatamente a los objetos- con las que las percepciones son medidas y valoradas.
Entonces, a partir de esta visión, no hay posibilidad de establecer de manera objetiva una determinación única acerca de lo bello.
La autonomía de una disciplina
La estética se redefinió a lo largo de la historia, pero ganó autonomía como disciplina durante el siglo XIX. En un comienzo, se intentó diferenciar la estética como disciplina filosófica de las ciencias del arte, y se la definió en relación a conceptos como lo bello, el placer, lo sensible, es decir, a aspectos construidos por el sujeto.
La relación de la estética con otras áreas –como la psicología, la sociología- se produjo durante la segunda mitad del siglo XX, cuando aquella comienza a tener carácter autónomo y se orienta hacia el estudio de lo artístico. Durante mucho tiempo, lo artístico estuvo unido a la belleza natural y operaba de acuerdo con los ideales y con los sentimientos de belleza. Actualmente, las artes tradicionales (pintura, escultura, dibujo) recurren también a otras categorías y constituyen sistemas sociales de producción, distribución y consumo culturales.
Así, lo artístico se presenta con variantes estéticas tanto en la naturaleza como en los lenguajes sociales; por este motivo, durante el siglo XX, la estética se ocupó de estilos, tendencias, movimientos, obras de arte, del cine, del video y de la música.
martes, 11 de agosto de 2009
Suscribirse a:
Entradas (Atom)